Deja fluir y sálvate

Un único sobreviviente de un accidente marítimo nada desesperadamente entre tiburones para arribar a la isla más cercana y logra su cometido.

Sin otras pertenencias que su propia humanidad, decide bajo los efectos del hambre construir precariamente y con mucho esfuerzo una choza para pasar las noches. La hace... y ahora decide conseguir alimentos en los alrededores. 



Solitario y deprimido le pide a Dios ayuda para conseguir alimentos en el recorrido que comenzaba a hacer en ese lugar inhóspito y que mete miedo.

Al borde de la locura y a horas de haber encontrado un par de frutas del lugar; regresa a su choza y descubre en angustiante situación que su choza se estaba incendiando con vivo fuego y al borde de las cenizas.

Se encomienda a Dios, quebrado y hundido en la arena, pidiendo explicación del porqué merece eso. 
Sin respuesta y acongojado; luego de 7 horas aparece un barco que se acerca a la orilla para rescatarlo.
Sorprendido, preguntó cómo supieron que estaba allí. Y los salvadores le confirmaron gracias a su señal de humo.

Es fácil descorazonarse cuando las cosas no salen como uno espera. Pero recuerda que cuando tu choza se prende humo...puede ser la señal que la ayuda está en camino.

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